Escritora y heroína chilena
- Padres: Ignacio de la Carrera y Francisca de Paula Verdugo
- Cónyuges: Manuel de la Lastra y Sotta, Pedro Díaz-Valdés
- Hijos: Manuel Joaquín, Dolores, Pío, Ignacio, Santos, Pedro, Domitila
- Nombre: Francisca Xaviera Eudoxia Rudecinda Carmen de los Dolores de la Carrera y Verdugo
- Apodo: La jaiba
Javiera Carrera nació el 1 de marzo de 1781, en Santiago de Chile, Chile.
Hija de Ignacio de la Carrera Cuevas y de Paula Verdugo Fernández de Valdivieso y Herrera. Tuvo tres hermanos: Juan José, nacido en 1782, José Miguel en 1785 y Luis Florentino en 1791. Se crió en el seno de una familia aristocrática.
Destacó por su apoyo a la lucha por la Independencia de Chile. Bordó la primera bandera de su país, hoy en día conocida como «bandera de la Patria Vieja».
Mujer de gran carácter, lo que le llevó a generar odios y recibió el apodo de la "jaiba", nombre con el que se conocen los cangrejos del mar. Javiera apodó al presidente Bernardo O'Higgins "el huacho Riquelme", por ser hijo ilegítimo.
En 1814, después de que España reconquistara Chile, abandonó a su esposo e hijos y se exilió junto a sus hermanos. Viajaron a las Provincias Unidas del Río de la Plata, vivió en Mendoza y más tarde se radicó en Buenos Aires, y después, en Uruguay.
En 1817, dirigió una conspiración contra O'Higgins, que acabó un año más tarde con el fusilamiento de sus hermanos Luis y Juan José, en Mendoza. Cuando su otro hermano José Miguel regresó de Estados Unidos y se involucró en las disputas de los caudillos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, fue desterrada y recluida en un convento de Buenos Aires.
En 1819, tras su liberación, partió a Montevideo, donde dos años después recibió noticia del fusilamiento de José Miguel en Mendoza. Se negó a volver a Chile mientras estuviera bajo el gobierno de O'Higgins. En 1824, tras el golpe de estado, Francisco Antonio Pinto regresó a Chile tras diez años de destierro, afincándose en la hacienda de San Miguel, en San Francisco del Monte.
En 1828, logró la repatriación de los cuerpos de sus hermanos dándoles digna sepultura.
Contrajo matrimonio a los quince años con Miguel de la Lastra y tuvieron dos hijos, quedando viuda con diecinueve años. Se casó con Pedro Díaz de Valdés, abogado español, con el que tuvo otros cinco hijos.
Falleció el 20 de agosto de 1862, en Santiago de Chile. Desde 1952 su cuerpo descansa junto a sus hermanos en la Catedral Metropolitana de Santiago.